Durante siglos, los seres humanos han utilizado semillas feminizadas porque aseguran un mejor resultado en las plantaciones. Con el cáñamo sucede exactamente igual que con el resto de cultivos.
Desde el descubrimiento de los notables beneficios que tiene el cáñamo y su molécula CBD para la salud, son muchas las personas que se han organizado para poner en marcha plantaciones legales de esta planta.
Como ocurre con otros cultivos, las plantas de cáñamo obtenidas a partir de la siembra de semillas feminizadas crecen y florecen más rápidamente, produciendo un resultado mucho mejor y con mayores cantidades de CBD.
Pero, ¿qué son exactamente las semillas feminizadas?
En pocas palabras, las semillas feminizadas son aquellas que sólo producen plantas femeninas, excluyendo las masculinas y hermafroditas. Las semillas feminizadas se manipulan para desechar los cromosomas masculinos, potenciando las características de ciertas plantas, como la del cáñamo para producir más CBD.
Los beneficios que se consiguen plantando únicamente semillas feminizadas son múltiples, y entre otras están el mayor rendimiento de la cosecha y la mayor facilidad de mantenimiento.
Los beneficios de las semillas feminizadas
La producción de plantas femeninas comienza con la compra de las semillas adecuadas. Siempre es recomendable adquirirlas a un distribuidor especializado en semillas feminizadas que te proporcione garantía de alta calidad. A través de internet hay algunas opciones interesantes para ello.
La compra de este tipo de semillas garantizan que el sexo de las plantas será femenino al 99%, y esto es una ventaja enorme. Para producir un CBD de alta calidad y en cantidad es fundamental que el mayor número de plantas posibles sean femeninas, puesto que las masculinas tienen la función principal de polinizar y no la de segregar CBD. No hacer distinción de semillas durante la siembra supondrá una pérdida económica, de tiempo y de espacio en el cultivo.
Sembrando semillas feminizadas se evitará tener que identificar el género de cada planta cuando maduren y el trabajo que supone descartar las masculinas. Esto es un proceso largo y tedioso y que, de no hacerlo, supone la polinización del sembrado y una pérdida del 50% de la masa de la plantación, pues disminuye el numero de flores y la concentración de CBD.
Las semillas femeninas maximizan los recursos, reducen considerablemente el trabajo y sacan el máximo rendimiento a la inversión: tierra, agua, fertilizantes, cuidados… Además, producen plantas con un proceso de crecimiento y floración más rápido, dando mayores frutos y, por lo tanto, beneficios.