El coste de la malnutrición para la economía mundial en términos de pérdida de productividad y gasto en atención sanitaria es asombroso.
La malnutrición no solo es un problema de hambre en los países en desarrollo: existe en todas las regiones del mundo y afecta a todas las clases socioeconómicas.
Los efectos en la salud humana
Además de la desnutrición, la malnutrición también incluye las dietas con déficit de micronutrientes y el sobrepeso y la obesidad. La malnutrición crónica puede tener consecuencias graves para la salud, a menudo mortales, especialmente para los niños.
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La desnutrición puede inducir retrasos en el crecimiento físico y cognitivo y hace que los niños sean más vulnerables a las enfermedades infecciosas.
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Los déficits de micronutrientes pueden causar enfermedades graves y discapacidades físicas, incluyendo anemia, retraso mental, ceguera y defectos congénitos de la columna vertebral y del cerebro.
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El sobrepeso y la obesidad aumentan el riesgo de diabetes de tipo 2, hipertensión, derrame cerebral, enfermedades del corazón, cáncer, problemas en las articulaciones y problemas de la vesícula biliar.
Los efectos en el desarrollo social y económico
La malnutrición impide que las personas alcancen su máximo potencial. Los niños malnutridos tienen peores resultados en la escuela, limitando sus futuras oportunidades profesionales. Los adultos malnutridos tienen menos capacidad para trabajar, contribuir a las economías locales, y cuidar de sus familias. Las madres malnutridas tienen más probabilidades de tener hijos con falta de peso, que a su vez tendrán un mayor riesgo de padecer deficiencias físicas y cognitivas. Esto perpetúa el ciclo de la pobreza y el estancamiento económico.